“Un café con FENIE” se ha celebrado hoy, 24 de septiembre de 2020, en la que ha sido su tercera edición consecutiva por videoconferencia, respetando así las pautas derivadas de la crisis sanitaria.
Los invitados en esta ocasión, Manuel Marín, presidente de AIET (Teruel); José Antonio Vizcaino, recientemente nombrado presidente de EPYME (Sevilla); Eduardo Fernández, presidente de APIEL (Lugo); Julio Amaro, presidente de AIEZ (Zaragoza) y Carlos Moyá, presidente de ASINEM (Baleares-Mallorca), han analizado la evolución de la crisis económica que está provocando la pandemia, siempre focalizados en el sector eléctrico, el colectivo de empresas instaladoras y en la realidad que perciben en sus respectivas zonas geográficas.
La sesión ha sido presentada por el presidente de FENIE, Miguel Ángel Gómez y moderada por su vicepresidente, Jaume Fornés.
Desde sus inicios “Un Café con FENIE” ha supuesto un punto de encuentro entre los representantes de diversas asociaciones de la Federación, con el objetivo de compartir ideas, poner en común preocupaciones y reforzar el vínculo entre todas las entidades. Como es lógico, desde que el COVID-19 irrumpiera en la realidad de todo y todos, su afección ha ido siendo analizada en estas reuniones y la evolución de las conclusiones manifestadas desde la primera videoconferencia, aquel 12 de mayo de 2020, hasta ahora es, cuanto menos, llamativa.
Si bien en ese primer “Café online”, como en el siguiente (el 8 de julio de 2020), se señalaba septiembre como fecha en la que se comenzarían a notar los envistes del coronavirus a nivel laboral, llegados a ese escenario, algunas provincias como Zaragoza han confirmado hoy, tristemente, esa teoría.
Mientras Julio Amaro reconoció que ha bajado el volumen de negocio en su localidad, Eduardo Fernández apuntó a un leve descenso en el número de asociados de APIEL (Lugo) y Manuel Marín (Teruel) destacó que en su zona no salen muchas obras públicas. Casi no hay suelo construible, según afirma, y se subsiste con el trabajo que había quedado rezagado durante el confinamiento.
José Antonio Vizcaino indicó que, en Sevilla, si bien se sigue mirando los meses venideros con cierto recelo, aún no están sufriendo ese augurio de septiembre, mientras Miguel Ángel Gómez compartió que Castilla León se encuentra en la misma situación.
El presidente de EPYME lanzó al aire, no obstante, una duda que les preocupa: “¿Tendrá recursos el país para afrontar estas obras públicas?, a lo que Carlos Moyá (Baleares) añadió: “Está claro que la administración se va a hipotecar por muchos años y la duda es, ¿Qué medidas va a implantar el Gobierno para activar todos los negocios?”.
Más allá de los problemas derivados de la pandemia, Moyá también resaltó otros problemas que puede estar afectando al colectivo de empresas instaladoras, como es su falta de sintonía con las necesidades actuales de sus clientes. Afirmó, así, que hoy hay muchos servicios demandados (autoconsumo, telecomunicaciones, puntos de recarga de vehículos eléctricos, etc.) y no abordarlos es cumplir el perfil de instalador de hace treinta años.
Igualmente, Miguel Ángel Gómez hacía hincapié en la necesidad del colectivo de resaltar su valor como mano de obra especializada y de estandarizar tarifas, como ya hacen otros gremios profesionales.
Una de las grandes soluciones dibujadas fue clara: la formación, no solo sobre materias técnicas sino también sobre cómo gestionar tu propia empresa, como manifestó José Antonio Vizcaino. Recuperar el perfil del aprendiz o rebautizar la formación profesional sobre instalación eléctrica, con un nombre que demuestre más acertadamente la capacitación de esta profesión, fueron otras ideas aportadas por Julio Amaro y Carlos Moyá, respectivamente.
El presidente de ASINEM no perdió a oportunidad de lanzar una idea que presenta como otra de las grandes claves del futuro del sector: La ley de cambio climático, afirmando: “nosotros estamos en el epicentro de esta revolución que va a cambiarlo todo”.
Ante la fuga de asociados y la atracción de jóvenes empresas instaladoras, una de las preocupaciones recurrentes de las asociaciones, en Sevilla y Mallorca han optado por condonar algunas cuotas e, incluso, rebajar su coste.
Algo en lo que todos los presentes coincidieron fue en el acompañamiento a las empresas asociadas, que han desarrollado en estos duros momentos.
A pesar de que, inicialmente, pareciera que el escenario ha comenzado a empañarse en mayor medida en las zonas de Aragón y Galicia, sí es cierto que los presidentes de APIEL y AIET recalcaron mantener un número de asociados constante, gracias al equilibrio existente entre los asociados que causan baja y los nuevos. En AIEZ existe una alta satisfacción entre sus asociados, atendiendo a las palabras de Julio Amaron, fundamentado en la calidad de los servicios ofertados.
Entre las últimas preguntas, se pidió, a los congregados, opinión sobre la última iniciativa de FENIE, la plataforma INSTALADO. Esta fue valorada por todos como una nueva oportunidad de negocio, que demuestra la necesidad de identificar soluciones en tiempos de crisis.
Este “Café con FENIE” concluyó, como todos los encuentros digitales que la federación está celebrando debido a las normas de distanciamiento, con el deseo de continuar tejiendo estos lazos de manera presencial muy pronto.